“En un pequeño pueblo del sur de Inglaterra, existe un pequeño grupo de personas que siente una gran pasión por las mariposas y las polillas. No por su belleza, ni por sus colores, ni por sus movimientos, sino por todo ello. Conocen sus costumbres, sus nombres en latín. Coleccionan libros sobre ellas. Las observan y las catalogan. Incluso cultivan plantas que las atraen para así tenerlas más cerca. No entienden cómo algunos disfrutan cazándolas. Butterfly Days una historia de amor entre hombres y mariposas”.
La historia de este especial set llamado Butterfly Days nace cuando la fotógrafa española Bego Antón se reunió con una amiga que vivió durante muchos años en Bristol y le contó su idea sobre un nuevo proyecto de observación de aves. Su amiga le habló sobre las Butterfly Farms que hay en Inglaterra y le pareció que sería mucho más bonito e interesante fotografíar mariposas en vez de pájaros.
Bego comenzó a investigar sobre las granjas y diferentes asociaciones de mariposas en Inglaterra y a escribirles para poder concretar visitas. Entre los que contestaron, el más entusiasmado era un chico a cargo de una de las asociaciones en Sussex llamado Michael. Se escribieron durante mucho tiempo y Bego empezó a preparar su viaje. A pesar de que durante su estadía no paró de llover, cada día organizaron una salida. Con Michael y Clare, su mujer, viajaron por todo Sussex en busca de mariposas y polillas.
“Este proyecto ha sido muy intenso y especial para mi porque al ir allí, pude dedicarme por completo a desarrollarlo sin distracciones. Trabajé codo a codo con entusiastas de las mariposas y de la naturaleza en general, y el entusiasmo que ellos tienen cuando te enseñan todo lo que saben se contagia. Michael y Clare se han convertido en buenos amigos. De hecho, este verano volveré para terminar el proyecto -quiero hacer un librito- y me quedaré con ellos en su casa. Esto es parte de la magia de la fotografía. Si no hiciera fotos, nunca hubiera salido en busca de mariposas y nunca hubiera hecho dos buenos amigos a unos cuantos kilómetros de distancia!”
También nos comentó que le sorprendió que existieran algunas polillas mucho más bonitas que las mariposas por que en general existe la idea de que las polillas son feas y que hay que verlas en la naturaleza para darse cuenta que tienen una gama de colores increíbles. Nos envió una foto de una polilla preciosa para que veamos que es cierto:
Agradecemos a Bego su colaboración para realizar este post y las invitamos a ver más sobre esta serie y otros proyectos en begoanton.com