Uno de los primeros elementos que me llaman la atención de la obra de Anne Siems, artista nacida en Alemania en 1965 y avecindada en Estados Unidos desde 1991, es esa curiosa comunión entre hombre y naturaleza. Por sus ilustraciones y pinturas transitan personajes humanos (niños, niñas y adolescentes- o que parecen serlo) que visten preciosos (y preciosistas) trajes, gorgueras capas, miriñaques, sombreros y otros accesorios propios del vestuario señorial de los siglos XVI-XVIII. Muchas de ellas corresponden a retratos de inspiración renacentista, especialmente de estilo isabelino, a juzgar por los principescos atuendos, las solemnes poses de los retratados y la profusión de detalles y objetos que los ornamentan y circundan. Sin embargo, estos personajes posan en exteriores, en medio de bosques y jardines, acompañados de animales tales como ciervos, conejos, zorros y lechuzas que, como ellos, visten con gorgueras, lazos y joyas. La fauna aparece humanizada a partir de esos rasgos, posando pacíficamente en su propio hábitat, permitiéndoles a los humanos pasearse por sus dominios salvajes. El retrato renacentista se tiñe de trazos oníricos y de fantasía.
Esa convivencia amistosa se muestra delicadamente también por medio de figuras humanas cuyos ropajes están estampados con motivos animales y florales, y llevan accesorios de procedencia silvestre: plumas, pieles, cuernos, guirnaldas y coronas de flores. En algunas pinturas, ese contacto se intensifica a través de los trajes translúcidos de organza de los personajes, que parecieran fundirse con el paisaje y cuyas tramas –que lucen como bordados o encajes blancos- trascienden los vestidos, decorando la atmósfera natural, dándole un toque tridimensional a la obra. Anne incluso concibe criaturas mitad humana, mitad animal, como “Birdgirl”.
La obra de Anne ha evolucionado en sus más 20 años de carrera, y ello se percibe, por ejemplo, en las diversas superficies que ha empleado para pintar y dibujar: desde papel encerado reciclado hasta paneles de madera. Sin embargo, el imaginario que la nutre sigue siendo el mismo: esa inspiradora intimidad entre mundo humano y mundo silvestre. Un hito en la vida de Anne fortaleció este leitmotif de sus creaciones y le proveyó una nueva visión. En el año 2001 se le diagnosticó fibromialgia, una enfermedad crónica que provoca fuertes dolores óseos y musculares, especialmente en las mujeres. Su oficio artístico ha sido una de sus medicinas, así como también ciertas terapias naturales de carácter chamánico. Así, su vínculo con la naturaleza va más allá de su condición de artista. Su próxima exposición de pinturas, llamada “Healing” (“Curación”), que será exhibida en la Galería Little John Contemporary, Nueva York, entre junio y julio de este año, busca expresar y traducir su redescubrimiento de la flora y la fauna, ahora como símbolos de la naturaleza que sana. “Animal Shaman” y “Students of Healing” son parte de esa muestra.
Nos contactamos con Anne y quisimos hacerle algunas preguntas sobre su carrera artística:
1) ¿Por qué decidiste trasladarte a Estados Unidos?
Fui becada en 1986-1987, conocí a mi primer marido durante esa época y terminé mis estudios de arte en Berlín. Luego ambos decidimos vivir en Estados Unidos. Nunca habíamos estado en Seattle, pero parecía ser un gran lugar para empezar una carrera artística. ¡Hicimos una buena elección!
2) Algunos elementos de tu obra artística parecen estar inspirados en los grandes maestros de la pintura europea, ¿quiénes son tus favoritos?
Algunos de mis favoritos son los maestros holandeses, tales como Frans Hals, Jan Steen y Johannes Vermeer. Me encantan tanto los retratos de ese periodo como las maravillosas naturalezas muertas.
3) Uno de los elementos que más apreciamos de tus pinturas es el tratamiento del traje, por ejemplo, los estampados y bordados, así como también algunos accesorios antiguos, tales como gorgueras y miniaturas al estilo “lover’s eyes”. ¿Te interesa la Historia social de la moda?
Sí, me interesa la Historia de la moda y en realidad todo lo referente a objetos antiguos, estudios etnográficos, tribus, etc. Son muchas las cosas que me inspiran y que encuentran un lugar en mis obras. Empleo imágenes alusivas al vestuario solo como punto de partida y no necesariamente remiten a algún dato histórico, sino que forman parte de mi obra en la medida en que me parezca que funcionen mejor.
No puedo dejar de anotar aquí una hermosa coincidencia entre un elemento recurrente en la pintura de Anne Siems y Pupa. Como recordarán, en la sección “Antigüedades”, el día 29 de octubre de 2012, apareció el artículo “Lover’s Eye”, que trata sobre un tipo de joya que se obsequiaban los enamorados a fines del siglo XVIII ¿No les parece que Anne está atrayendo ese maravilloso objeto en “Wild”?.
♥ ¡Agradecemos la buena voluntad de Anne, quien accedió muy amablemente a contestar esta mini entrevista para nuestra revista! ♥