¿Qué revistas leías cuando eras una adolescente? En España algunas recordamos Superpop o Bravo, que comprábamos religiosamente cada semana en nuestro kiosko más cercano. Revistas llenas de fotos de nuestros ídolos/as, test amorosos y demás consejos estrafalarios.
Las que sois más jóvenes seguro que conoceréis Rookie mag, la revista fundada por Tavi Gevinson donde las propias lectoras también fueron participantes en su creación.
Pero si nos vamos un poco más atrás en el tiempo, concretamente a 1988, descubriremos una revista americana de la cual Rookie bebió mucho y es que la propia Tavi más de una vez la nombró de referencia. Esa revista que marcó a toda una generación fue Sassy.
Fundada por la feminista australiana Sandra Yates junto a su editora estrella de 24 años Jane Pratt, dieron vida a una revista que no trataba a sus lectoras de tontas.
Además de los temas típicos de estas clase de publicaciones, como música, moda, famosos, etc, Sassy hablaba de forma cercana sobre feminismo, cultura, política y sobre todo daba voz a sus lectoras.
Las adolescentes podían enviar sus poemas, historias cortas y experiencias personales a la revista, donde luego se publicaban en secciones tituladas «Stuff you wrote» o «It Happened to Me». En esta segunda, podíamos encontrar confesiones de lo más duras, desde violaciones, pasando por abortos a desordenes alimenticios. Esta dinámica entre la revista y sus compradoras consiguió que una vez al año se sacara un número escrito, diseñado y fotografiado por sus propias seguidoras.
En Sassy se promocionaba el empoderamiento evitando esos bochornosos artículos de la competencia a lo cómo mantener contento a tu chico o cómo seducirlo, tanto es así, que hasta los parodiaban.
En sus páginas podíamos encontrar a cualquier tipo de chica. Siendo inclusiva con diferentes etnias y comunidades LGTB. También apoyaba la individualidad, la chica distinta. En ella podíamos leer artículos sobre cultura independiente como fanzines, música y por supuesto chicos «alternativos».
Sobre la moda, no sólo mostraba las últimas tendencias sino que además fomentaba el DIY con proyectos divertidos. Como curiosidad Chloë Sevigny fue descubierta por las empleadas del departamento de moda cuando ésta paseaba por la calle.
En 1996 Sassy dejó de publicarse. La revista que fue una ventana para hablar honestamente a las adolescentes se adelantó a su tiempo pero las semillas que plantó fueron recogidas años después por otra generación.